Elecciones 2008 (1)

No tenía pensamiento de escribir sobre el resultado de estas elecciones (me han hartado sobremanera), pero debido a un contratiempo accidental tengo que estar en reposo un par de días (nah, un pequeño esguince) y como me aburro, pues eso, he decidido leer la prensa digital, tamizar la información y escribir mis modestas conclusiones sobre estas elecciones.
Primero, indicar mi filiación política: liberal con reservas. Esto es, creo en el individuo más que en los gobiernos, pero como sé que la persona individual es egoísta, entiendo que deben existir mecanismos superiores que limiten nuestra libertad, de manera que esta libertad excesiva no sea libertinaje: lo de la "mano invisible" de Adam Smith es muy bonito, mas sin visos de realidad práctica. Lo siento, pero, a lo largo del tiempo, se ha demostrado que nos gusta que nos dominen y que nos lleven por la senda (que sea correcta o incorrecta es otra cosa) como a los rebaños. Claro que la cuestión es ¿que es ser liberal?. Si tomamos el concepto económico del término, es creer en la economía capitalista más radical, sin intervencionismo del Estado, dejando al capital privado la ordenación de la mayoría de los recursos del país para su adecuación a las necesidades del mismo, es creer en el libre mercado sin aranceles de ningún tipo y en los tipos de cambio flexibles y no contemplar a los Bancos Centrales mas que como vigilantes de la ortodoxia económica sin ningún poder de actuación en la economía. Si nos fijamos en su vertiente política, es reducir la legislación hasta el mínimo imprescindible, creer más en el sector privado que en el público para realizar las tareas con eficiencia, ser laico, defender el derecho privado a la vida (disponer de la vida de uno mismo como se quiera), defender la igualdad (no la discriminación positiva) y cosas similares. Si alguien conoce algún político liberal auténtico, que me lo diga, que yo no caigo ahora mismo. ¿Hay algún partido liberal en España?. Pues no, hay una corriente liberal en el PP a la que se supone que pertenece Esperanza Aguirre y sus acólitos, pero son liberales económicos todo lo más, con algunos rasgos políticos y no son mayoritarios. El PSOE e IU, por definición, no son liberales ni lo serán nunca ( es lo contrario a su ideario) y los partidos nacionalistas con su afán controlador de la ortodoxia nacional (lo que debe hacer y no hacer un buen vasco, catalán, gallego, etc.) y su egocentrismo exacerbado (nuestro país, nuestro idioma, nuestras costumbres, nuestras empresas, ...) quizás sean lo más alejado del liberalismo.
Hecho este análisis, paso a comentar el resultado de las elecciones: todos han ganado, pero ha ganado más el PSOE. Aumenta su número de escaños, le roba protagonismo a los nacionalistas de izquierdas en Cataluña y a los de derechas en el País Vasco y deja a IU como un recuerdo del pasado. El PP no pierde, ya que mejora sus resultados en votos y escaños, pero creo que toca techo con la política desarrollada. Es verdad que es mentira que la crispación haya venido unicamente del PP, ha llegado desde los dos partidos mayoritarios, y eso se demuestra en que ambos partido han mejorado sus resultados, es decir, ningún partido le ha robado votos al otro, sino que los han cosechado en los extremos de sus posicionamientos. El PSOE se salva por sus excelentes resultados en Cataluña a costa de ERC y en el País Vasco (a costa del PNV y de la ilegalizada ANV) y por los votos trasvasados desde IU, esto es, desde votantes que nunca votarán al PP. El PP aumenta gracias al Partido Andalucista, que desaparece, y a la mejora de sus resultados en las zonas donde ya gobierna en las cuales ha aumentado de manera importante la participación: léase Madrid, Valencia o Murcia. Si el PP hubiera sido el único crispador, los ciudadanos lo hubiesen percibido y lo habrían castigado; como no ha sido así, la conclusión es que el centro ese tan demandado por ambos partidos ha sido el gran olvidado. Ha sido una campaña para concienciar a las bases y no perder, pero para no ganar, y el que va segundo debe recordar que él sí tiene obligación de arriesgar para ganar, ya que si sigue igual, pierde. Ahí es donde ha fallado el Sr. Rajoy y su equipo, al no arriesgar, al no reconocer los fallos del 11-M (les ha pesado como una losa), al posicionarse tan cerca de la Iglesia, al no renovar caras, al no traer iniciativas económicas atractivas, incluso al no incluir candidatos gays para luchar contra Zerolo. Lo siento por Rajoy al que encuentro una persona cabal, pero su destino está sellado desde el desgraciado atentado de Atocha, era un candidato para gestionar otro triunfo, pero no para luchar en las trincheras de la oposición. Mi opinión es que no se presentará más como candidato del PP a la Presidencia del Gobierno (se le veía ayer en la cara) y que dará el relevo a otro compañero. ¿A quién?, no lo sé, pero sería bueno que en el PP tomasen nota de lo bien que le ha sentado al PSOE las primarias en las cuales ganó ZP.
El PSOE tiene por delante cuatro años en los que cumplir aquello que el domingo por la noche prometió Zapatero: más diálogo, menos crispación, más entendimiento con todos. A ver si es verdad, porque hay temas pendientes muy importantes como el sempiterno terrorismo (en el que se ha demostrado que se ha equivocado, aunque no le haya costado casi nada electoralmente), la reforma del Senado, la reforma de los Estatutos de las diferentes Comunidades Autónomas y la gestión de la crisis económica que tenemos aquí y que, desgraciadamente, no será un aterrizaje suave. Ahí si que vamos a necesitar "buena suerte".