domingo, 16 de marzo de 2008

No es país para viejos y otras

Como cada fin de semana, la tan deseada y esperada reseña de cine con los comentarios más breves y agudos sobre el cine actual y pasado.

No es país para viejos

Qué puedo decir de una de las triunfadoras de los Oscares: pues que no le gustará a todo el mundo. Cuidado, que me ha gustado, pero no es una delicatessen que todos podamos apreciar. Es dura, descarnada, lenta (que no larga, salvo la coda final) y pesimista y ha creado a otro personaje llamado a sustituir a Hannibal Lecter como estereotipo de psicópata (a la mayor gloria de Javier Bardem).


Stardust

Es un cuento de fantasía con su príncipe y princesa que lo son, pero no lo son, con sus piratas machotes y travestidos, sus brujas feas y malvadas y su final feliz. Es cine de niños para padres e hijos y el hecho de dirigirse a los dos estratos de edad hace que pierda algo de naturalidad, pero s deja ver.


Redacted

La última película de Brian de Palma me recuerda bastante a una anterior suya, Corazones de hierro, con la diferencia del escenario, ya que esta última transcurre en Irak. Está hecha para gustar, pero la considero tramposa con el espectador: partiendo de un hecho tan punzante y comprometedor como la violación y posterior asesinato de una menor iraquí, el director hace recaer la culpa directa de ese acto en los dos personajes negativos de la película (delincuentes natos ya antes de ir a la guerra). No le puedo negar cierto impacto visual y originalidad con el hecho de mezclar imágenes ficticias de un documental francés y de un soldado videoaficionado americano, pero la historia ya está contada muchas veces antes. El final es para acabar con el paquete de kleenex a llanto vivo, más falso imposible.


Slipstream

Auténtico truño de Anthony Hopkins como director del cual no me he enterado de casi nada y de lo poco que me enterado me ha dado igual. Yo creo que esto pasa por abusar de las pastillas para el dolor de cabeza.

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