miércoles, 20 de febrero de 2008

Blu-Ray versus HD-DVD

Casi todo el mundo conocerá la noticia de que Toshiba dejará de fabricar su modelo de DVD de alta definición denominado HD-DVD, lo cual supone el triunfo del modelo de Sony, el Blu-Ray. Así Sony, consigue lo que no pudo hace más de veinte años, cuando su videoreproductor Beta cayó ante la patente de JVC, el VHS (también estaba pululando por allí el 2000 de Philips y Grundig, pero nunca fue un competidor serio para los dos contrincantes). La diferencia estriba en que, mientras la primera guerra comercial duró alrededor de ocho años, esta segunda se ha dirimido en menos de dos años, haciendo bastante menos daño a los contrincantes (las acciones de Toshiba subieron un 6% el día que anunció que dejaba de fabricar el HD-DVD, curioso). Así que nos encontramos con un vencedor claro, el Blu-Ray, gracias, sobre todo, a haber comprado a las "Majors" o principaler productoras cinematográficas estadounidenses, pero ¿quién asegura que el mercado va a admitir este formato con tanta alegría como el VHS o el DVD tradicional?. La pregunta viene al caso de que las circunstancias tecnológicas han cambiado mucho en estos años: han aparecido grabadores de disco duro, discos duros externos, televisión bajo demanda (ya sea via telefónica, satélite o cable) y quizás, lo más importante, la cantidad de productos audiovisuales ha aumentado, pero la calidad ha caído en picado. Podemos conseguir casi todo en Internet, pero basta ir a portales por todos conocidos, para comprobar que la mayoría de los vídeos tienen una calidad inferior incluso al VHS. En este estado de cosas, ¿para qué quiero una tecnología superior de almacenamiento?. Hagamos el siguiente recorrido lógico: el DVD de alta definición (Blu-Ray) supone disponer de hasta 50 Gigas en un disco de doble capa o 25 gigas en un BR-R (grabable); el DVD actual dispone de 9 gigas si tiene doble capa; actualmente, el 95% de las descargas de videos en internet van codificadas con el algoritmo de compresión DIV-X o similares, para convertir esos 6 o 7 gigas de un DVD en 1,4 gigas y así hacer menos pesada la descarga, al mismo tiempo que poder almacenar más archivos en un DVD+-R. Si no hay mejora de la velocidad del tráfico en Internet, ¿para qué quiero más calidad, si el mismo vídeo me va a costar tres o cuatro veces más tiempo el obtenerlo?; ¿por qué voy a tener soportes portátiles (léase discos), si tengo mi "media center" conectado a mi televisión y puedo almacenar lo que quiera y visualizarlo?; ¿por qué tengo que cambiar mi televisión de 1500 € de hace siete años, solo porque no es, como mínimo, HD-Ready? (para disfrutar al 100% de la Alta Definición, las televisiones han de ser FullHD 1080p); ¿sabe el común de los mortales que, aunque no se han activado en su totalidad, el Blu-Ray lleva nuevos elementos anticopia bastante más sofisticados que los incorporados en los anteriores DVD?.
En fin, que sí, que Sony ha ganado la guerra y el negocio futuro, pero el hecho de no unirse en el desarrollo de un único formato, les ha hecho perder unos preciosos años de ventas, años en los cuales se ha implantado en la gente más joven una cultura audiovisual diferente, más proclive a la cantidad y no la calidad. Esperemos que, una vez aclarada la batalla, ahora los fabricantes empiecen a sacar al mercado productos más afinados en precio de tal forma que el consumidor final pueda acceder a ellos a precios asequibles (100 €) lo cual redundará en nuevas bajadas de precio.

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