martes, 12 de febrero de 2008

Cómics

De siempre me han gustado los cómics o tebeos. Recuerdo que, de pequeño, mi padre me traía un cómic todos los viernes y así inicié algunas de mis colecciones: El guerrero del antifaz, El capitán trueno, Manos guerrero indómito, Astérix y Tintín. Posteriormente, empecé a interesarme por el cómic americano de superhéroes, principalmente por la todopoderosa editorial Marvel, que entonces era distribuida en España por Forum. En este caso, no continué ninguna colección, ya que mi poder adquisitivo era reducido evidentemente, y me limitaba a adquirir números sueltos de los principales protagonistas tales como La Masa, Spiderman, Los Vengadores, Los 4 Fantásticos, La Patrulla X y Transformers, única colección que inicié desde el principio y con la que alcancé el número 24 ó 25, creo. También tuve cómics de DC como Superman, Kung-Fu, Micronautas, Atari Force o Mytek, pero en número más reducido. Sin embargo, con catorce años mi vida sufrió un giro inesperado, pues mi progenitora y señora madre decidió que los cómics que yo tenía en el sótano de mi casa molestaban mucho y ya que no le hacía caso para que los organizase, pues lo mejor era quemarlos para que escarmentara. Y eso hizo; mi disgusto fue tal que estuve dos semanas sin hablarle y aún hoy, cuando rememoro el suceso, me entran ganas de ... En fin, ella llevaba razón, me avisó varias veces, pero creo que su comportamiento no fue el más correcto. Así que me encontré únicamente con mis colecciones de Asterix y Tintin y con números sueltos de los cómics que, al no estar junto a los demás, se habían salvado del fuego.
Durante dos años olvidé los cómics, mas, al llegar a Albacete, descubrí una tienda dedicada en exclusiva a los cómics llamada Cómic-Rol y el gusanillo volvió a picarme. Como además disponía de más efectivo, empecé una serie de colecciones de otras editoriales distintas a Marvel llegando a reunir casi los mismos cómics que en la primera etapa. Conocí nuevos personajes y me adentré en el cómic de autor, aunque no dejé las colecciones más comerciales, pero siempre seleccionando al dibujante o al guionista. De esta etapa guardo colecciones más o menos completas como Lobo, Next Men, Spider-Man (de Todd Macfarlane), Robocop o Aliens, además de numerosas miniseries de tirada limitada. Llegué a juntarme con seis o siete colecciones mensuales y claro, mi bolsillo no aguantaba el tirón, así que decidí cortar por lo sano y abandonar radicalmente los cómics cuando llegase al final de la colección de Next Men. Posteriormente, la tienda de marras cerró, creo que porque comprábamos cómics cuatro más y yo, y esto me facilitó el no volver al hobby.
Pero, como estamos destinados a revivir el pasado, el run-run de los cómics nunca me abandonó y siempre que iba a ferias locales o había mercadillos de libros, ojeaba las existencias tebeísticas y, ocasionalmente, adquiría algún número que me interesase sobremanera. Con esto, hace cinco años aproximadamente, descubrí una tienda online en Internet y compré ciertos números que me faltaban para finalizar algunas miniseries, además de algunas incorporaciones interesantes al macromundo del cómic. También descubrí portales dedicados en exclusiva al tema, así como foros y grupos de "comic-adictos" que compartían telematicamente sus fondos e incluso traducían y maqueteaban cómics que no habían llegado a publicarse en España. Esto me sirvió para leer verdaderas joyas de las cuales tenía referencia, pero que nunca pude adquirir, ya fuera por falta de dinero o porque ya no se habían vuelto a editar y estaban agotadas.
Actualmente tengo el tema un poco más de lado, pero con cierta periocidad me paso por el portal y veo que es lo nuevo que ha salido o por donde van las tendencias. Ya se sabe que el fue una vez adicto, es adicto para siempre.

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